¿Qué tiempo hará mañana? ¿Cómo se llamaba aquel precioso riachuelo que vimos en el puente de diciembre? ¿Y dónde puedo comprarme el libro que me recomendó mi amiga? ¿Dónde está esa tienda? ¿Cuál es su horario? ¿La línea 33 del bus urbano parará en frente? El usuario pregunta y Google responde.
El buscador más conocido y utilizado del planeta contiene tantas respuestas que una compañera lo apodaba el "callabocas", ya que cuenta con el poder mágico de darle fin a cualquier debate en un par de segundos. Otros muchos han llegado a llamarlo "SanGoogle" debido a que lo sabe todo. Dejando de lado las divinidades y los trucos de magia, debemos conocer que el motor que se encuentra detrás de esta valiosa herramienta son las matématicas. Algo que algunos consideran mágico y otros la misma reencarnación de satanás.
¿Pero cómo funcona Google? ¿Qué es ese algoritmo suyo del que tanto se habla? Pues bien, entramos al lío. Al introducir una serie de palabras y/o conceptos en su motor de búsqueda, Google explorará los sitios webs cuyo contenido coincida con las palabras clave de nuestra búsqueda. A continuación te las mostrará, ordenándolas en base a un criterio, conocido como PageRank. Este criterio asigna un determinado número entre el 0 y el 10 (siendo el 10 la máxima puntuación) a cada página web según su relevancia. Esto se traduce en que encontraremos los sitios con mayor relevancia en los primeros puestos de nuestra búsqueda.
El jurado encargado de puntuar la relevancia de las páginas son, efectivamente, las matemáticas. El blog Cuentos Cuánticos expone en uno de sus artículos cómo funcionan las matemáticas de un motor de búsqueda como el de Google en una pequeña escala. La entrada del blog fue escrita en 2014 y está inspirada en una publicación de la matemática y divulgadora Clara Grima. La puerta de los grafos vuelve a ser abierta y su relevancia en el funcionamiento de los motores de búsqueda la podríamos calificar con un 10. Los nodos con las conexiones que entran o salen de ellos, es decir, las aristas, tejen la telaraña donde se balancean los elefantes. Siendo elefantes un eufemismo de personas usuarias en la red. En el artículo anteriormente citado todo este entramado está expuesto de
una forma clara y concisa, por lo que animo al lector a visitarlo.
Nosotros nos quedaremos con una premisa bastante simplista para poder
seguir adelante: cuantos más enlaces en la página, más relevancia. A esta fiesta de tejidos debemos añadirle un factor a tener en cuenta. En algunas ocasiones, los elefantes solemos optar por el libre albedrío que nos lleva a desviarnos de las aristas y visitar páginas concretas. Sitios de preferencia, páginas webs conocidas de antemano.. todo ello nos llevaría a no seguir las aristas del grafo que representan los enlaces de las páginas en las que nos encuentramos. Unos enlaces que son pieza clave para aumentar puestos en el PageRank.
¿Obtener relevancia y situarse en las primeras opciones de búsqueda es tan sencillo como añadir enlaces a tu sitio web? Así era. Afortunadamente Google siempre ha ido un paso por delante y decidió curarse de estampo ante una avalancha de sitios web que llenaban su contenido de spam. En los primeros años de existencia, tras conocerse el funcionamiento de la PageRank, fueron muchos los que añadieron información vacia y/o copiada a sus páginas webs junto a enlaces y demás triquiñuelas para engañar al algoritmo. En 2011, Google produjo el mayor cambio en el logaritmo de su motor de búsqueda con la entrada de Panda. Pandas y elefantes. Elefantes y pandas. El objetivo de esta actualización fue combatir estos sitios de baja calidad o también llamados sitios basura. Gracias a Panda, Google logró sanear el contenido de Internet y priorizar en su búsqueda aquellos sitios que ofreciesen información de calidad al visitante, es decir, un buen alimento para los elefantes.
Esta entrada del blog pertenece a la quinta tarea de Matemáticas de la vida cotidiana.
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