La alimentación es, por definición, todo el conjunto de acciones mediante los cuales proporcionamos alimentos al organismo. El estudio de la misma se ha convertido en uno de los temas de actualidad más universales debido a su papel fundamental en la salud de los seres humanos.
El objetivo de este ejercicio es proporcionar ejemplos de cada tipo de alimento existente en el código alimentario español y razonar esta calificación. Para ello, el primer paso sería definir qué es un alimento. Se considerará alimento toda aquella sustancia o producto de cualquier naturaleza, sólida o líquida, natural o transformada, que por sus características, aplicaciones, componentes, elaboración y estado de conservación sean utilizadas para la normal nutrición humana o como productos dietéticos en casos especiales de alimentación humana. En esta amplia categoría englobaríamos productos tan universales como la manzana o la leche.
Los alimentos están integrados de nutrientes, sustancias útiles para el metabolismo orgánico y que corresponden a los grupos de proteínas, hidratos de carbono, grasas, vitaminas, sustancias minerales y agua. Como sería el caso del triptófano, un aminoácido esencial del cuerpo humano necesario para la liberación de la serotonina. A su vez, tendríamos en esta categoría de nutrientes a la vitamina D. Como bien su nombre indica, se trata de una vitamina que se encarga de la calcificación de los huesos, y de la regulación del fósforo y el calcio en sangre, entre otras funciones.
En primer lugar contaríamos con los productos dietéticos y de régimen, elaboraciones a partir de fórmulas autorizadas adecuadas a necesidades nutritivas especiales del humano. Los preparados para lactantes, como la leche de lactante, serían incluidos en esta categoría. Estos están
destinados a los lactantes durante los primeros meses de vida que
satisfacen de por sí las necesidades nutritivas
hasta la introducción de una alimentación complementaria apropiada. También contamos en esta categoría con los sustitutivos de la dieta de bajo valor energético para el control de peso, que pueden sustituir la dieta diaria completa o parcialmente.
Los productos sucedáneos pretenden, sin engaños ni fraudes, sustituir en parte o en todo a un alimento con una finalidad declarada, como podría ser abaratar el precio final del producto.
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Sucedáneos de café y de queso
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En la categoría de alimentos fundamentales se encuentran las verduras y las hortalizas, por ejemplo, las espinacas. Son una parte importante de la ración alimenticia habitual. O el aceite de oliva, un componente fundamental en la alimentación humana, formando una parte importante en la dieta española.
Se denomina alimento perecedero aquel alimento que exige condiciones especiales de conservación en su proceso de almacenaje y transporte. Por ejemplo, la carne roja o el marisco, que se deben mantener a temperaturas bajas para evitar que se echen a perder.
Unos alimentos que aunque tengan poderes nutritivos no están, todavía, insertados habitualmente en la dieta española son las larvas. Por ejemplo, los gusanos de Maguey, considerados un manjar en México.
Otro ejemplo sería la Komnucha, una bebida fermentad. Aunque su consumo y su presencia en comercios haya incrementado, no lo consideraría algo habitual de nuestra dieta. Todos estos son llamados alimento impropios.
Al hablar de alimentos adulterados, nos referimos al alimento al que se haya sustraído o adicionado, a conciencia, cualquier sustancia para variar su composición, volumen o peso con fines fraudulentos. En esta entrada del blog de la Universidad de Burgos nos habla, entre otras adulteraciones, del tratamiento de monóxido de carbono en carne.
Los alimentos falsificados son aquellos que hayan sido preparados o rotulados para parecerse a otros, los que su etiquetado no corresponde a su composición o cualquier otro capaz de inducir a error al consumidor. En 2020 se dio a conocer en Argentina un caso de falsificación de aceite y la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) prohibió su venta y confirmó que no era apto para consumo.
Se considera alterado todo alimento que haya sufrido variaciones en su proceso y que a diferencia de los alimentos adulterados, no ha sido a conciencia. Esta alteración se puede dar en su obtención, preparación, manipulación o almacenamiento. Esta alteración puede darse en los alimentos perecederos, si no se utilizan procedimientos de conservación específicos.
Todo aquel que contenga gérmenes, sustancias químicas, radioactivas, toxinas o parásitos que puedan producir o transmitir enfermedades al consumidor son alimentos contaminados. En caso de que su ingesta no produzca trastornos orgánicos, no se considerará un obstáculo. Un ejemplo sería la salmonella, quizás la más conocida por todos. Una enfermedad bacteriana frecuente que afecta el aparato intestinal. Tenemos también presente el caso de carne mechada de Magrudis. Estos productos contenían 150.000 veces más listeria de lo tolerado por el cuerpo humano.
Es nocivo todo aquel alimento a) que pueda producir efectos perjudiciales en el consumidor, ya sea de forma inmediata b) o tras ingestas de forma repetida; c) cuando su contenido en microorganismos o materias extrañas sea superior a los límites permitidos; d) es perjudicial para un grupo determinado de consumidores al que
va específicamente destinado. Esta categoría incluiría los refrescos con gas o las bebidas energéticas llenas de azúcar y cafeína. Las cadenas de comida rápida o fastfood están llenas de productos con exceso de grasas saturadas y azúcares.
Y por último tenemos los productos alimentarios. Materias no nocivas que son usadas en alimentación aunque carezcan de valor nutritivo. La curcumina es un colorante
natural procedente de la cúrcuma, especia obtenida del rizoma de la
planta del mismo nombre.En la Unión Europea, es
un aditivo alimentario autorizado con el código E-100i. En repostería, por ejemplo, es cada vez más habitual el uso de colorantes alimentarios para lograr resultados más coloridos.
