Era mi último año del Grado cuando llamé a la escuela de idiomas. Había decidido matricularme en un curso intensivo de inglés para así poder examinarme en pocos meses y poder titularme. La parte auditiva era mi mayor preocupación.
Para poder mejorar mi nivel en el idioma decidí cambiar mi hábito a la hora de ver series o películas y me hice amiga de las versiones originales. Me pusé como reto ver un capítulo por día, fuese en el transporte público o mientras cocinaba.
Al examinarme, los resultados fueron evidentes no solo en la parte auditiva, también lo fueron en la parte oral, ya que había adquirido muchas expresiones nuevas y había sumado vocabulario.
En conclusión, el mejor método para hacerse a un nuevo idioma es adaptar su uso a nuestro día a día y ser constates en nuestro trabajo para llegar al objetivo propuesto.
Kari Alberdi Etxabe
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