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Bacteriófagos como alternativas terapéuticas a los antibióticos

Los antibióticos son medicamentos utilizados para prevenir y tratar las infecciones bacterianas. La resistencia a estos medicamentos es una de las mayores preocupaciones para la salud pública, la seguridad alimentaria y el desarrollo a nivel mundial. Dicha resistencia se produce cuando las bacterias mutan en respuesta al uso de estos fármacos. Las infecciones causadas por estas bacterias son más difíciles de tratar que las no resistentes. Esto conlleva una necesidad urgente de desarrollar e implementar nuevas herramientas terapeúticas con el fin de combatirlas. 

Los bacteriófagos son un virus capaz de infectar y matar bacterias. Su uso terapéutico, denominada fagoterapia, es una de las alternativas más prometedoras al uso de antióbicos. En los últimos años se ha incrementado el número de ensayos clínicos puestos en marcha para establecer la seguridad y eficacia de múltiples fagos. 



Los fagos pueden presentar distintos ciclos de vida en la célula donde se hospedan, entre ellas, el ciclo lítico. Este ciclo comienza uniendo específicamente los antireceptores del fago a los receptores de la célula huesped ubicadas en la superficie celular. Tras la formación de la progenie viral se produce la lisis y muerte de la bacteria infectada. Estos bacteriófagos son conocidos como fagos virulentos y suscitan un especial interes por su potencial terapéutico.
 
En 1896 el químico Ernest Hanking describía la actividad antibacteriana en aguas de distintos ríos de India. Hanking relacionó esta actividad con el reducido números de casos de cólera en las poblaciones cercanas a los ríos analizados y responsabilizó de dicha actividad a un agente filtrable presente en el agua. Años después Felix d'Hérelle consideró por primera vez a estos agentes filtrables como virus llamándolos bacteriógafos.
 
La mayoría de los estudios europeos pioneros en este campo fueron realizados en Polonia y la Unión Soviética. Entre los años 1983 y 1987 se administraron preparaciones de fagos en pacientes con infecciones superficiales causadas por Staphylococcus, Escherichia, Proteus y Pseudomonas. Los resultados de estos estudios mostraron una curación del 92,4%.
 
Los estudios realizados hasta la fecha incluyen los tratamientos de quemaduras, infecciones de oído, diarreas, septicemias, infecciones respiratorias e infecciones del tracto urinario. Aunque su uso contra las infecciones bacterianas ha existido durante más de un siglo, la crisis de resistencia ante los antibiótecios ha suscitado el interés estos últimos años y ha abierto las puertas a nuevos desafios que podrán ser afrontados en el futuro.

BIBLIOGRAFÍA:

Reina J, Reina N. Fagoterapia ¿una alternativa a la antibioticoterapia? [Phage therapy, an alternative to antibiotic therapy?)]. Rev Esp Quimioter. 2018;31(2):101-104. 
 
Serrano Romero, J.M. Los bacteriófagos como alternativa terapéutica a los antibióticos. (Trabajo Fin de Grado Inédito). Universidad de Sevilla, Sevilla. 2020.
 

 


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